A
continuación la tarea de Hércules que describe las características generales de
tu año personal cuando le corresponde el signo zodiacal Tauro y de la cual puedes extraer información importante para cumplir
los objetivos que quedaron establecidos para ti en este periodo.
La fórmula es
leerla al menos una vez a la semana preguntándole a la Divinidad que en ti reside cuál es el
mensaje que te está enviando, hasta lograr entenderlo.
La Captura del Toro de Creta
Aquel que preside habló al Maestro del hombre cuya luz brillaba entre los hijos de los hombres, que son los hijos de Dios.
"¿Dónde está el
hombre que se mantuvo con poder delante de los Dioses, recibió sus dones y
entró por el primer portal abierto de par en par para trabajar en su
tarea?"
"El descansa, oh,
Gran Presidente, y reflexiona acerca de su fracaso, se lamenta por Abderis, y
busca ayuda dentro de sí mismo".
"Está bien. Los
dones del fracaso garantizan el éxito, cuando son correctamente comprendidos.
Que proceda a trabajar una vez más, que entre por el segundo Portal, volviendo
prontamente".
El segundo Portal
estaba abierto de par en par, y desde la luz que velaba la escena distante, una
voz emergió y dijo: “Pasa a través del Portal. Sigue tu camino. Realiza tu
trabajo y vuelve a mí, informándome sobre el hecho".
Solo y triste,
consciente de la necesidad y consumido por profunda pena, Hércules pasó
lentamente entre los pilares del Portal a la luz que brillaba donde estaban los
toros sagrados. En el horizonte se levantaba la hermosa isla donde moraba el
toro, y donde hombres arrojados podrían entrar en ese vasto laberinto que los
atraía hasta el aturdimiento, el laberinto de Minos, Rey de Creta, el guardián
del toro.
Cruzando el océano
hacia la soleada isla (aunque no se nos dice cómo) Hércules emprendió su tarea
de buscar y encontrar al toro, y conducirlo al Lugar Sagrado donde moran los
hombres de un solo ojo. De un lugar a otro persiguió al toro, guiado por la
fulgurante estrella que brillaba sobre la frente del toro, una brillante
lámpara en un sitio oscuro. Esta luz, moviéndose a medida que el toro se movía,
lo conducía de un lugar a otro. Solo, buscaba al toro; solo lo perseguía hasta
la guarida; solo lo capturó y montó sobre su lomo. A su alrededor permanecían
las Siete Hermanas estimulándole en su camino y, en la resplandeciente luz, él
conducía al toro a través de la brillante agua hacia la isla de Creta sobre la
tierra donde moraban los tres Cíclopes.
Estos tres grandes
hijos de Dios esperaban su regreso, vigilando su pro¬greso a través de las
olas. Él condujo al toro como si éste fuera un caballo, y con las Hermanas
cantando a medida que marchaba, lo acercó a la tierra.
“Viene con fuerza",
dijo Brontes, y fue a encontrarlo en la ribera.
"Conduce en la
luz", dijo Steropes, “su luz interior será más brillante”, luego se avivó
la luz en repentina llama.
"Viene
deprisa", dijo Arges, "está conduciendo a través de las olas".
Hércules se acercó,
empujando al toro sagrado sobre el camino, arrojando la luz sobre el sendero
que conducía de Creta al Templo del Señor, dentro de la ciudad de los hombres
de un solo ojo. Sobre la tierra firme, a la orilla del agua, estos tres se
pararon y se apoderaron del toro, quitándoselo así a Hércules.
"¿Qué tienes tú
aquí?, dijo Brontes, deteniendo a Hércules sobre el camino".
“El toro sagrado, oh,
Dios".
“¿Quién eres tú? Dinos
ahora tu nombre", dijo Steropes.
“Yo soy el hijo de
Hera, un hijo de hombre y sin embargo un hijo de Dios. He realizado mi
tarea". "Lleva ahora el toro al Lugar Sagrado y sálvalo de una
esperada muerte, Minos deseaba su sacrificio".
“¿Quién te dijo que
buscaras y salvaras así al toro?”, dijo Arges, moviéndose hacia el Lugar Sagrado.
"Dentro de mí
sentí el impulso y busqué a mi Maestro. Ordenado por el Gran Presidente, Él me
envió al Camino, y con larga búsqueda y muchos dolores, encontré al toro.
Ayudado por su sagrada luz, lo conduje a través del divino mar a este Lugar
Sagrado".
"Ve en paz, hijo
mío, tu tarea está hecha".
El Maestro lo vio venir
y salió a su encuentro en el Camino. A través de las aguas llegaban las voces
de las Siete Hermanas, cantando alrededor del toro, y más cerca aún el cántico
de los hombres de un solo ojo dentro del Templo del Señor, en lo alto del Lugar
Sagrado.
"Viniste con las
manos vacías, oh, Hércules", dijo el Maestro.
"Tengo estas manos
vacías, porque he cumplido la tarea a la cual fui asignado. El toro sagrado
está a salvo, en lugar seguro con los Tres. ¿Y ahora qué?”
"Dentro de la luz
tu verás luz; camina en esa luz y allí ve la luz. Tu luz debe resplandecer más
brillante. El toro está en el Lugar Sagrado".
Y Hércules se tendió
sobre la hierba y descansó de su trabajo. Luego el Maestro se volvió hacia
Hércules y dijo: "El segundo trabajo está cumplido, y la tarea fue fácil.
Aprende de esta tarea la lección de la proporción. Fuerza para realizar la
ardua tarea; buena voluntad para hacer la tarea que no somete a esfuerzo tus
poderes; así son las dos lecciones aprendidas. Levántate pronto y busca la
región, guardada por el tercer Portal, y encuentra las manzanas de oro.
Tráemelas aquí.
Alice Bailey
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